Cierra círculos, cuadrados o triángulos, sólo ciérralos.
¡Hola a todos! Es de madrugada y para variar, yo sigo aquí. Bueno, en realidad si existe una variante, es sábado y no debería de estar aquí. Pero es mi última semana en Gdl antes de irme a mi ciudad, y estoy en banca rota. Así que no salí. Pero pasando a temas más interesantes, llevo varios días pensando en lo que es cerrar círculos. En que yo debo cerrar uno en mi vida, uno en específico. Seguro tu también tienes alguno que cerrar,
pero bueno, para que reflexiones *si quieres* sobre esto, te dejo un escrito muy bueno de el gran Facundo Cabral. Léelo, te aseguro que no te arrepientes.
Cerrando círculos- Facundo Cabral.
O cerrando puertas. O cerrando capítulos. O como quiera llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo importante es dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de su presente preguntándose en los porqués, y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, sus amigos, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió. Y hay que soltar, hay que des-pren-der-se.
No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse.
En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.
No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de "quien es usted". Suelte el resentimiento, el prender "su televisor" personal para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
La vida va hacia adelante, nunca hacia atrás. Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos, "matrimonio", amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos.
Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia, si no porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, etc. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo.
Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual porque en la vida nada se queda quito, nada es estático.
Es salud mental, amor por usted mismo, des-pren-der lo que ya no está en su vida.
Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este mundo, "llegó" sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a des-pren-der-se y humanamente se puede lograr porque, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad.
Pero cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte.
Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Eso es vivir también!
Bueno, ¿no? A mi me hizo pensar DEMASIADO y definitivamente me ayudó muchísimo en la etapa que estoy viviendo. Estoy segura que te gustó, y te hizo pensar. Si conoces a alguien que le hará bien, pásaselo. Todos necesitamos dejar ir en algún momento. ¡Qué tengan bonito día!
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