No eres tú, soy yo. Y me fui.

by - agosto 25, 2016






No eres tú, soy yo. Y me fui. 


Me levanté temprano y me arreglé, decidí utilizar mi ropa nueva, pasar más de quince minutos frente al espejo jugando a maquillarme, pero aún así, tenía miedo de no ser suficiente. De no gustarle.

...Hacía mucho tiempo ya que no me sentía tan segura y feliz conmigo misma. Me sentía guapa y aún así tenía miedo de no ser de su agrado. ¿En qué momento mi validez estaba en la aprobación de alguien más? ¿Por qué no podía presentarme con las manos llenas de tinta y el cabello desarreglado como lo estoy casi todos los días y esperar que así gustara de mí?

Me gustaba la atención, la compañía y que fuera una buena persona. Pero acepté que no era él, era yo. Y me fui.


Soy Ana y tengo 24 años. Hasta hace algunos días vivía creyendo que no era suficiente para nadie. Mi experiencia con el amor ha sido más dramática que disfrutable. No niego que se ha sentido bonito a ratos, pero uno se da cuenta que cuando hay más momentos negativos, quiere decir que algo no está bien. 

Sin embargo, a pesar de todo, vivía queriendo encontrar el amor a mi manera. Porque sí, podré estar soltera, pero nunca he estado sola, nunca me ha faltado amor, pero es cierto también que siempre quiero más. Mientras escribo estas palabras, intento encontrar una respuesta que sé que entre mis letras puedo encontrar. 

El otro día, hice una lista en la que numeraba todas las características que me gustaría que tuviera mi siguiente pareja, todo esto porque me dijeron que si se lo pedía al universo así de específico, así llegaría. Y si, estoy segura de eso. Sin embargo, no sabía que yo no estaba lista

Después de mucho pensarlo, de aterrarme ante la idea de enamorarme o que llegara alguien nuevo a mi vida a voltearla de cabeza, hoy decidí que no estoy buscando una pareja, que no necesito alguien que me complemente. Que en mí está lo que estoy esperando. Mucho tiempo creí que un título y otros compromisos era lo que merecía y lo que estaba segura que me haría feliz. Y hoy me doy cuenta que no, que en realidad era un capricho que nacía simplemente por no tenerlo, pero que no era algo que necesitara o que me hiciera falta. Nada de eso.

La vida se trata de hacer y estar con quien uno lo desea, el tiempo que así lo quiera. 
El otro día tuve una conversación en la que mencionaba que estaba con una persona con la que sabía que no llegaría a ningún compromiso serio, yo misma sabía que no pasaría de ahí y estaba bien con eso porque no era lo que estaba buscando para mi futuro, pero que soy feliz al momento. Me dijeron entonces que algunas personas son para estar en el presente, a ratos y darnos felicidad, que no todos son ni vienen a nuestra vida para permanecer ni ofrecernos su vida entera. Y después de muchos años, me gustó y lo entendí. 

Me gustaría decir que soy un alma libre, pero creo que no lo soy. Me gusta el amor, me gusta que llegue a mi vida, me atrape completa y salirme de ahí hasta haber entregado todo. Por lo que no, no soy un alma libre. Pero también es cierto que estoy enamorada de mi libertad. Y que si llega una persona a mi vida, espero que deseé compartirla conmigo, no privarme de ella. 

Hoy entendí que no se trata de buscar el amor, se trata de que me encuentre feliz y entonces, quiera sumarse a ella. Que me conozca como soy, que le gusten mis manos llenas de tinta y los esfuerzos en vano que realizo todos los días para no parecer tierna. Que me encuentre viviendo, riendo, llorando, gritando, bailando. Que le gusten más mis ganas de vivir que mi cuerpo. Y entonces así, quizás me sienta lista.



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