Una más.

by - octubre 24, 2012

Después de horas de pláticas y bromas, de abrazos eternos y risas fugaces, se acomoda a mi lado.
A mi lado con su pijama tan suave y tan nueva. Esos cuadrados azules estampados que nunca olvidaré.  Comienza a tomar mi cabello y apartarlo de mi frente. Muerde dulcemente mi nariz. 
Tomo su rostro con mi mano derecha y comienzo a pasar mis dedos por sus cejas, su nariz. Cuando llego a sus labios, me acerco y los beso suavemente, dulcemente. Quiero sentirlo todo, recordar como era, notar si ha cambiado, guardar ese momento para siempre.
Intenta mantenerse despierto para hacer durar más este día, pero el cansancio lo vence. 

Y ahí está. Parece tan inocente, tan libre de culpa, como si nada le preocupara, y como si su ceño nunca se frunciera por disgustos. Lo veo y mi cuerpo se siente tranquilo, se siente bien. 
Su cabello corto está un poco despeinado, lo acaricio con los dedos. Él se mueve un poco, sigue dormido, vuelve a colocar su mano sobre mi cintura. Estamos tan cerca, que parece irreal. 
Tantos años deseando un momento como este, y ahora, aquí estamos. Juntos. Tan juntos que casi podríamos ser uno. 
Siento su respiración calentar mi piel.
Bajo mis dedos hasta su barbilla, y sonrío. Realmente extrañaba esa sensación. Es sentir que tengo el mundo a mi alcance. 
Vuelvo a recostarme sobre su hombro, nunca había estado en un lugar más seguro, nunca había querido estar en otro lugar tanto como ahí. Me gustaría que la eternidad nos alcanzara. Que nos hiciera parte de ella. 
Beso su barbilla, sonrío, miro toda la habitación, lo miro a él, intento aprenderme todo el momento con una última mirada y me vuelvo otra víctima del cansancio. 

You May Also Like

0 comentarios