Quiéreme...
Quiéreme como soy, sin medida, sin fecha de expiración.
De tiempo completo.
Con mis ideas ilógicas a media noche.
Quiéreme con mis ganas de comerme al mundo en la mañana y mis miedos cuando es hora de dormir.
Con mis quince blusas negras que uso a diario y mi manía por comer cereal de un vaso.
Quiéreme.
Quiéreme cuando mis enojos no tengan sentido. Cuando llamo para decirte que te extraño y nada más.
Aunque llore por culpa de Joaquín Sabina y mis ganas imposibles de besarte en cada farola.
Sin orden de ideas. Sin lógica. Sin ataduras.
Quiéreme hoy. Quiéreme desde ayer.
Con mis pies fríos y mi risa incontrolable.
Quiéreme.
A pesar de que escriba todo. Aunque cante la misma canción una y otra vez.
Con mi mala memoria y mis ganas de ti. Con mis juegos de palabras. Con mis cursilerías inoportunas.
Quiéreme cuando esté en silencio. Cuando me haya ido. Cuando esté presente.
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