Siempre he creído que todo en la vida pasa por algo, y hoy sucedió algo que me trajo de vuelta al blog. Después de bastantes días de ausencia por aquí, hoy conocí a un extraño bastante agradable, por cierto, que me recordó la existencia de el blog y lo tanto que disfruto de escribir. Y aquí estoy, con tantas entradas pendientes y muchas ganas de escribir. 

El otro día, en alguno de los tantos sitios en internet que visito al día, leí una frase que decía algo así como "Hasta que la realidad nos separe". Y eso me hizo pensar demasiado.

¿Hasta que la realidad nos separe? ¿Por qué habría de separarnos y no de unirnos? ¿De qué nos separa?

Apostando que la frase viene del cliché "Hasta que la muerte nos separe" que tan románticamente solemos decir, supongo que indica que la realidad te separará de alguien, de un amor.

A mis veinte años de edad es posible decir que no tengo suficiente experiencia amorosa, pero lo que sí es que he aprendido que existen diferentes tipos de amor, y de relaciones. Hace no muchos años, tuve una relación en la que fui bastante feliz, creía que todo era color de rosa, y fue una fantasía mientras duró, después se convirtió en una relación a larga distancia y para mí todo seguía siendo igual de perfecto porque mantenía la idea de lo que había sido en su momento, nunca la realidad. 

Un día, así de fácil, yo me dejé llevar por toda esta magia y enamoramiento hacia la imagen que tenía de este alguien, y topé con un gran muro que podemos llamar realidad. Las cosas no eran como yo creía, ni como cada noche dormía imaginando volverían a ser. Nada era igual que aquellos perfectos días, ni lo volverían a ser. Pero yo nunca supe eso, hasta entonces.

Después de haber topado con una cruel realidad y haberme hundido en ella por varios meses, encontré otra persona, y tan predecible como suena, me enamoré. Lo importante es que aquí la cosa cambió.

Me enamoré de un hombre más real que la misma realidad, de alguien que había sufrido igual que yo, que está lleno de miedos y sueños, que tiene un pasado tormentoso y un futuro incierto, de alguien que logra sacarme las sonrisas más sinceras y que hace su mayor esfuerzo por hacerme sentir bien cuando me enojo con él, que es bastante seguido. Me enamoré de un hombre complicado, me enamoré de su talento, de sus virtudes, de su alma tan bonita, y me enamoré de su imperfección. Ahí es donde me di cuenta que no me importaba lo difícil que podía llegar a ser, yo quería estar a su lado sin importar lo que viniera, dispuesta a afrontar los problemas juntos, e intentar hacerlo sonreír en los días más oscuros.

Entonces después de leer "Hasta que la realidad nos separe", me hizo pensar que la realidad si nos puede separar, cuando el amor se basa en fantasía y en un mundo color rosa, cuando basamos una relación en las expectativas que tenemos del otro y en una imagen creada por nosotros mismos. Pero que la realidad también nos puede unir de una manera extraordinaria cuando se trata de comprender y aceptar al otro tal y como es, y aprender a amarle con defectos y virtudes.