Y
A veces las lágrimas no son la mejor manera de expresar lo que siento, pero ahí están, presentes, haciendo obvio que algo sucede dentro de mi alma.
Pero las lágrimas no son la mejor representación de lo que realmente estoy sintiendo, no. Algo más cercano sería una bola de nieve, que sigue girando, y va creciendo. Y sé que debo detenerla, y lo intento, pero en mi intento por arreglar las cosas me tropiezo y sigo haciéndola más grande. Y todo parece que nunca va a parar. Y entonces es cuando las lágrimas comienzan a salir. Y las palabras se aferran a mi pecho, y no se acomodan por miedo a seguir cayendo. Y en mi intento por hablar, termino diciendo lo contrario. Y entonces todo parece que será infinito y que no existe salida.
Y vuelvo a llorar.
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