RENUNCIA

by - marzo 19, 2014

Cuando pienso en renuncia recuerdo aquél día cuando todo parecía que no volvería a tener sentido.

Pienso en la manera en que te rendiste, los días que dejaste atrás, los besos que quedaron olvidados, y los sueños destruidos. 

El día en que me entregaste tu renuncia, se parece bastante al día en que mi corazón dejó de latir unos segundos. Luce parecido al día en que dejé de leer novelas románticas, y también similar al momento en que dejé de soñarme vestida de blanco.

Recuerdo también que desde ese día las canciones de amor parecían burlarse de mí, y la mesa de mi restaurante favorito me provocaba nauseas simplemente de pensarla.

Ese día se parece bastante al momento en que el personaje de mi novela favorita muere por accidente dejándome en lágrimas y un vacío en el estómago. No tenía ganas de probar la comida y no tenía sentido arreglar mi cabello. Es increíble como una renuncia podía destruirme de tal manera.

Hoy han pasado varios años y no encuentro en qué pila quedó archivada la petición de alejarte de aquí, no recuerdo qué se siente el dormir y despertar llorando, o sentir los párpados cansados de tantos sueños acumulados por no querer dejarlos ir.  Otras personas han ocupado tu vacante e incluso han presentado otras renuncias, nunca volví a sufrir así.


You May Also Like

0 comentarios