
Y es que cómo no creerle a quien tenía mi vida entera. Y no es exageración ni cursilería, tú sabes bien que la tenías.
Despeinabas mi cabello cuando me recostaba en tus piernas a mirar televisión, aún tengo presente aquella vez en que interrumpiste tu programa favorito para decirme que me amabas y que era lo más bonito que habías tenido nunca.
El olor a hot cakes aún sigue en mi cocina, y aquí si estoy exagerando pues hace ya más de tres meses que no has tocado mis sartenes, o la puerta de mi casa, pero sigue presente, estoy segura, pues nunca antes me habían preparado algo con tanto amor.
Y es que entre tus promesas, tus palabras y hot cakes no encuentro dónde fue el error. ¿En qué momento alguien que interrumpe su programa de televisión favorita para decirle te amo a alguien, simplemente la deja de querer? ¿O habrá sido mientras volteabas ese último hot cake cuando decidiste que alejarte de mí sería lo mejor para los dos?
Aún sueño con ese departamento color marfil, con esas cajas bajo nuestra cama o con volver a probar tus desayunos.
0 comentarios