Algunas veces la vida me dice a gritos que llegó el momento de soltar algo, y yo tan aferrada como siempre decido ponerme audífonos, subir el volumen y hacer como que no la escucho...
Pero tarde o temprano el mensaje llega a mí y siento esa palmadita en la espalda que me dice "Te lo dije...pero decidiste no escucharme" por parte de la vida, esta vida tan sabia que no habla por hablar.
Y es que muchas veces el mensaje está más claro que nunca, todo el mundo lo ve menos yo. Escucho mil veces los consejos que me dicen que lo olvide, que lo suelte, que la vida sigue... Pero siempre pienso que nadie sabe lo que estoy viviendo y que es mi decisión. Y si, claro que lo es. Sin embargo, prestar atención a esas señales chiquitas y grandotas que se me ponen enfrente, creo que sería lo más inteligente por hacer.
Cuando me dicen que aferrarme a alguien es dañino, no lo creo. Siempre existe una excusa perfecta en la que intento resguardarme a la hora de defenderme. Lo peor de todo es que ni yo misma me la creo pero aparento que sí.
Un día le dije a alguien que yo creía que las personas eran prestadas a ratitos, que nadie nos pertenecía. Que a la vida llegan, nos enseñan y se van. Que es parte fundamental de crecer el aprender a soltar presencias y valorar ausencias, que un día con alguien ya es un tesoro irrepetible, y que las despedidas deben agradecerse antes que llorarse pues tuvimos la fortuna de compartir tiempo y espacio. Pero ponerlo en práctica es lo difícil. ¿Quién está dispuesto a dejar que alguien tan importante de repente tenga que dejar de estar? ...
La cosa aquí es que a veces uno (sin importar las veces que haya fallado en el intento) necesita pararse, secarse las lágrimas, respirar profundamente y analizar la situación. Entender la razón por la cual las cosas ya no pueden seguir así y decidir si aferrarnos es lo que realmente merecemos.
Hoy leí un artículo del tema en el que decía que "si alguien te quiere realmente, no tendrías la necesidad de luchar por quedarte a su lado, estarían juntos sin excusas" ... Así que en ese momento, (al terminar de leer) fue cuando decidí que no existe una razón lógica por querer algo que no me brinda lo que yo estoy buscando en la vida.
Porque sí, por cursi que suene (como todo en este blog) lo que yo busco es felicidad, amor, alguien que sepa estar sin mí pero que desee estarlo y que no sueñe conmigo, sino a mi lado.
0 comentarios