La realidad a los 23.
El día de ayer tuve algo así como
una crisis existencial nerviosa, por llamarlo de algún modo. Para resumirlo,
lloré un poquito porque me sentí perdida.
Me puse a pensar en todas las responsabilidades que me esperan una vez que
termine la universidad. Y es que en mi mente es así: Siento que al momento en que
tome mis papeles con el birrete en la cabeza, ya estoy del otro lado. Me convertí
en adulta. Pero la verdad es que me he ido haciendo adulta poco a poquito y es
algo que lleva su tiempo, no es de la noche a la mañana, como lo imagino yo. Sin
embargo, a veces dejo que estos pensamientos se apoderen de mí y entro en pánico.
Y es que supongo que es normal. Tengo
23 años y siento que puedo comerme el mundo entero pero al mismo tiempo no sé
por qué pedazo empezar.
Durante muchos años he recibido
muchos cumplidos diferentes, como que soy muy “responsable” “trabajadora” “que
lucho por lo que quiero”… y si, a veces lo soy. La mayor parte del tiempo, de
hecho. Sin embargo, creo que el creerme esos cumplidos me hace sentir un poco
presionada, como si tuviera que cumplir con ciertas expectativas todo el
tiempo. Y entonces me preocupo.
Hoy desperté y entendí que no,
que las únicas expectativas que debo cumplir son las mías. Que no importa lo que la gente crea de mí, si no lo que yo sepa sobre mí.
Me siento perdida cuando
no sé qué decisión tomar. Si voy a aceptar ese trabajo o no, si debo quedarme
en una ciudad o irme a otra, si termino una relación o sigo en ella, existen
tantas opciones que siento que me ahogo. Siento que son decisiones que tienen
un peso súper grande en mi vida, siento que si tomo una decisión no podré
volver a cambiar de opinión.
Pero no, después recuerdo que la
vida es para vivirse, que puedo decidir algo y después arrepentirme, que se
vale, que está bien cambiar de opinión o fallar. Que nada es para siempre.
Y cuento todo esto porque
posiblemente exista alguien más que esté pasando por lo mismo, no creo ser la
única a la que se le va el sueño en las noches pensando en el futuro, en el
trabajo, en las responsabilidades o en las relaciones a futuro. Y que como yo, despierte
pensando que las cosas se pueden arreglar, se sienta capaz y poderoso.
Porque así me pasó:
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEf_jSuTWNi0AzcfPVZDJVDKJCLGQGEmYB7Qv0Ojo8eIBvctlINEoSaQukqTfcQlWej3I4du66AG0HEmdT9hqt1Jtk2inzFuqd4rALwsrmIHIkIZU_GvQDTNUM2gQS3qTKKM5ocu0hltq3/s400/tumblr_static_tumblr_mjlr2kkahz1s0e8leo1_500.jpg)
Entonces escribí esto para mí y para
ti. Para todos los que estamos preocupados y pasamos las horas pensando en qué
hacer o que incluso se nos salen algunas lágrimas por el estrés. Este es un
recordatorio de que todo va a estar bien, de que no importa qué decisión tomemos,
siempre podemos volver a cambiar de idea, que podremos caer cien veces con la
condición de volver a levantarnos. Y que
al final sólo se trata de vivir.
1 comentarios