Los pedazos del corazón
Sería ridículo pensar que el corazón sólo se entrega a una persona.
El corazón se rompe. Pero un pedazo siempre se queda en alguien.
Y cuando vuelves, ahí está.
Siempre.
No importa cuanto tiempo pase, ese pedazo siempre estará ahí.
Y es casi imposible ignorarlo.
Y duele.
Duele que cada pedazo tenga un dueño diferente.
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