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LAS PRINCESAS TAMBIÉN TIENEN VOZ.
Las princesas también... Escriben
Mi
nombre es Ana García y empecé este blog con la finalidad de tener un espacio
donde compartir mis pensamientos. A la hora de elegir el nombre, me pareció que
"Las princesas también escriben" podía ser una manera de revolucionar
el concepto cliché que se tiene sobre las princesas... sí, las princesas pueden
ser bonitas, a las princesas les puede o no gustar el color rosa, las princesas
pueden querer un príncipe, una princesa, o quedarse con el castillo para ellas
solas, pero las princesas somos mucho más que eso... ¿Y por qué me autodenomino
princesa? porque no se trata de elegir uno u otro, podemos ser todo lo
que queramos.
Así
que decidí juntar los pensamientos de algunos bloggers/escritores que admiro
muchísimo y que me ayudarán a escribir su propia versión.
Les pedí que con total libertad, terminaran de llenar el enunciado "Las princesas también....". Aquí
les dejo sus respuestas y todas sus redes sociales para que puedan
seguirlos.
Elegí
a estas personas porque soy su fiel seguidora, porque todos escriben o manejan
temas completamente distintos y porque su contenido siempre es de
calidad.
Las princesas también... luchan por otras princesas.
Por: Diego Alberdi (De Diego para Diego)
Las princesas también luchan por otras princesas.
Pelean
en contra del mundo, si es necesario, para que otras como ellas puedan ser lo
que quieran ser.
Luchan,
muchas veces contra de ellas mismas, por la libertad de elegir lo que una
princesa puede o no hacer.
Besan
sapos o tal vez bestias, damiselas en apuros o súper héroes, algunas veces a
otras como ellas y combaten para que todxs puedan hacer lo mismo.
Alzan
su voz aunque no quieran escucharlas.
Gritan
por las injusticias aunque no crean en ellas porque al final, luchar por lo
demás es defenderse.
Las
princesas no necesitan que los demás hablemos por ellas.
Las
princesas hacen lo que quieran hacer.
Pero
sobre todo, las princesas también pelean por qué lxs demás puedan hacerlo
también.
Las princesas también....son reales.
Por : Rudi García
Querida Ana...
Las
princesas se ponen un poquito gruñonas al final del día, aman cubrirse con una
manta aunque no tengan frío y tienen una posición especial en el sofá cuando se
sienten tristes.
Las
princesas también se arreglan para no agradarle a nadie más que a ellas mismas,y
a la vez, dejan de hacerlo por rebeldía.Las princesas algunas veces no quieren
salir y otras, mueren por explorar el mundo, sobre todo para encontrarse a sí
mismas.
Las
princesas también sorben el popote, aman demasiado y se quitan las zapatillas
sin arruinar su encanto.
Las princesas lloran cuando son felices y sonríen cuando alguien se atreve a ofenderlas.
Las princesas se tumban en el césped, ríen ruidosamente y bailan hasta cansar sus talones.
Las princesas lloran cuando son felices y sonríen cuando alguien se atreve a ofenderlas.
Las princesas se tumban en el césped, ríen ruidosamente y bailan hasta cansar sus talones.
Sobre
todo, las princesas también son reales, y esa realeza es la más linda de toda
la aristocracia divina.
Las princesas también... pueden programar.
Por: Golden Strokes
Una (de muchas) de las áreas de trabajo que ha
sido estereotipada para hombres es la programación web, de software o hardware.
La princesas contamos con las mismas capacidades para desempeñar este trabajo, debemos
romper los estereotipos, explorar nuevos campos de trabajo y aprovechar
nuestras habilidades.
Durante mi carrera me topé con muchas personas que creían que por ser
una mujer en tacones y con glitter no podía ni debía dedicarme a esa
área, recibí malos tratos de parte de profesores que me decían que "me
preocupara por lo mío" (¡¿que según ellos era verme linda?!) y no
por la clase, cuando, claramente, se puede hacer ambas cosas.
Ahora llego a mi oficina con mi highlight on fleek y unos ripped
jeans y me pongo a programar feliz, rodeada de hombres, pero con fe de
que de a poco más princesas se unirán al área.
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Las princesas también... tienen super poderes
Por: Turquesa Soy (Claudia Lazcano)
Anita
nos pidió que desarrolláramos un tema bajo la premisa “Las princesas también…”
Y por una semana entera me puse a pensar, ¿qué es lo que una princesa sí está
permitida hacer?
Al
llegar a mi respuesta “TODO”, el post se veía truncado, sin rumbo y sin
un objetivo fijo para de ahí desarrollar.
Les
voy a contar un secreto y espero no se escandalicen: el tema del empoderamiento
femenino, el feminismo y el mentado “girl power” ya me tienen tantito harta.
Sí, así como lo leen. Verán yo crecí en una casa comandada por una mujer: mi
madre. No, no es madre soltera, es solo que mi mamá es la de las órdenes, las
reglas, los permisos y los regaños. Mi papá solo la apoya. Y no, no es nada,
absolutamente nada nuevo, sé perfecto que muchísimas casas funcionan así. A lo
que voy con esto es que ¿por qué si crecimos viendo que una mujer puede hacer
TODO al mismo tiempo, habríamos de pensar que no somos capaces de
hacerlo?
No
sé si me estoy explicando, pero lo volveré a intentar. Dicen que cuando vives y
creces bajo un ambiente determinado, por más diferente que éste pueda ser, para
ti se convierte en lo “normal”. Bajo esa premisa, para mí es normal pensar que
puedo hacer todo lo que me proponga, que soy capaz de trabajar y sostener una
casa si es que así lo quiero. De criar hijos o decidir no tenerlos. Que soy el
resultado de mis decisiones y que éstas las tengo que hacer siempre obedeciendo
mi intuición. Eso para mí es normal pensarlo porque tuve la bendición de crecer
en una casa donde mi máximo modelo a seguir eso hacía. Por lo que esta moda,
(sí, me parece una moda) de colgarnos el empowerment no la logro comprender del
todo.
Una
princesa no es princesa por lo que puede o no puede hacer. Una princesa se
forma en sus fortalezas físicas, mentales e intelectuales; en conocer qué le
gusta y cuáles son sus defectos. Es quien intenta moverse por el mundo
siempre basada en el amor, a la vida, a quienes la rodean, a ella misma. Puede
llamarse princesa a una mujer que es influencer para sus hermanos, para
sus amigas, para los suyos. Alguien que así como mi madre, demuestra con el
ejemplo a los demás de todo lo que es capaz de hacer y no por la diferencia de
ser mujer u hombre, sino por la convicción de que sus acciones en esta tierra,
trascenderán porque fueron basadas en el amor.
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Las princesas también... vemos más allá de la moda
Por: Katarsia Moda
Levantarnos
cada mañana, mirarnos al espejo, elegir la ropa que vamos a usar, maquillarnos,
pintarnos los labios y usar nuestros zapatos favoritos, para muchas mujeres
quizás sea una rutina tediosa. Pero para mí significa algo más. A lo largo de
la historia, la moda ha sido vista de forma frívola, efímera y superficial.
Pero nos hemos estancado en verla de esa manera.
La
moda para mí más que pautarnos tendencias, nos fortalece, nos da independencia
y permite que reflejemos nuestra identidad como mujeres. Hoy tenemos la dicha
de elegir cómo queremos ir vestidas. Gozamos de caminar con una minifalda.
Sabemos que podemos usar todos los colores que queramos y que no estamos
limitadas a ninguna regla. Esto se lo debemos a mujeres que vieron la moda como
un refugio para manifestar sus ideas. Mary Quant expresó su libertad y
manifestó sus deseos de vivir con la creación de la minifalda. Frida Kahlo nos
demostró que como mujeres debemos vestirnos para complacer a nadie, más que una
misma.
Es
por ello, que más de decidir vestirnos bien, la moda nos permite apropiarnos de
nuestra belleza para poder destacar lo mejor de ella. Nos da la posibilidad de
imaginar y de ver más que un simple vestido. Nos empodera al permitirnos asumir
varias facetas sin dejar de ser la misma mujer. La moda es más que un simple
vestido, al modo que alguna vez Gabrielle Chanel dijo: “la moda no es algo que
existe sólo en los vestidos, la moda está en el cielo, la moda tiene que ver
con las ideas, la forma en que vivimos, lo que está sucediendo”.
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