Hace seis años estaba acostada en mi cama dudando si crear o no este blog.

No era el primero que hacía en mi vida, pero siempre los dejaba a la mitad, los olvidaba en el camino,  o simplemente me aburría.... ¿Qué tal si esta vez pasaba lo mismo?

Tenía miedo. 

Miedo de que la gente leyera lo que pasaba por mi mente, de ser juzgada y tachada por una cursi irremediable, de no tener éxito, de que a nadie le interesara lo que me gustaba escribir, de arrepentirme al día siguiente, de que el nombre fuera muy ridículo a pesar de lo mucho que me gustaba. 

Siempre da miedo arriesgarse... pero afortunadamente lo hice:

* Publicar página *

Por fin había creado mi "lugar seguro", mi diario de vida, mi refugio, cuando todo estaba mal sabía que podía venir y escribir... no existía una mejor sensación que desahogarme aquí.

El tiempo fue pasando y mi blog fue agarrando sus lectores, poco a poquito.... primero mi familia, mis amigos, conocidos, amigos de mis conocidos y así fue creciendo lentamente.

Aún recuerdo la primera vez que alguien me dijo en una fiesta que "amaba mi blog" y lo leía todas las noches. Sentí mariposas en el estómago, no sabía cómo reaccionar así que solo dije: gracias... pero en realidad, estaba bailando y gritando por dentro de la emoción.

Cada día escribía con más ganas pero mis exigencias iban incrementando a la par. 

Decidí abrir la página en facebook para poder publicar ahí sin estar molestando a mis contactos de mi perfil personal todo el tiempo y pasó algo inesperado: Poco a poco los números fueron subiendo y yo no entendía nada, me parecía extraño pensar que a tantas personas les gustara lo que estaba escribiendo. 

Comencé a dedicarle más tiempo a mi "hobby", pasaba horas enteras aprendiendo sobre códigos para poder dejar más bonita la página, buscando imágenes libres de derechos para que se viera más lindo, aprendiendo, investigando, leyendo y escribiendo. Llegaba de la escuela y pasaba el resto del día trabajando en mi blog. Ahí fue cuando me di cuenta que entre más te comprometes, mejores resultados habrá.

Los comentarios y mensajes me empezaron a llegar y yo no lo podía creer. 

"Me encanta tu blog, me identifico mucho con lo que escribes, gracias"... Lo primero que hice fue llamarle por teléfono a mis papás para contarles sobre este mensaje. No lo podía creer. Lo leí unas 20 veces antes de que se me pasara la felicidad. Por fin había logrado mi objetivo de transmitir mis sentimientos por medio de mis letras. ¿Con que así se sentía?... Me prometí seguir escribiendo y échandole ganas por esas 500 personas que me leían y disfrutaban de hacerlo. 

Fui creciendo junto con este espacio, si me enamoraba, lo compartía, si me rompían el corazón, lo compartía, nunca fui reservada, nunca me limité por saber que me leían muchas personas, decidí que iba a ser 100% sincera y no editar mis sentimientos. 

Hoy son más de 38,000 personas las que se han unido a este hermosa aventura a la que decidí arriesgarme hace seis años. Aún no lo puedo creer, todavía me emociono con cada mensaje que me llega (y me llegan muchos), pero cada uno lo leo muchas veces, sonrío, a veces lloro, pero todos me siguen emocionando casi como la primera vez. 

Me gusta ponerme metas de llegar a cierto número de seguidores simplemente para que no se me olvide que esto debe seguir creciendo, pero en realidad lo que me importa es saber que hay gente detrás que me lee, que le funciona, que lo disfruta. 

Este crecimiento no ha sido gratuito ni de la noche a la mañana, me ha costado seis años de trabajo duro, de estar en contacto con mis sentimientos, de bullies que creen que pueden conmigo, de llantos, de presión, de sentir que "debo" cumplir, de olvidarme que es mi refugio, de creer que no soy lo suficientemente buena, de madrugadas trabajando, de colaboraciones, de invertir dinero de mi bolsa, de buscar, de trabajar, de no darme por vencida. Así que hoy sí quiero festejar los seis años con mucho orgullo y con lagrimitas en los ojos, porque existe este espacio que me llena todos los vacíos.

Gracias a tooooodas las personas que me han leído aunque sea una vez, a los que quisieron verme caer porque me hicieron más fuerte, a los que me envían mensajes y me dedican de su tiempo, a los que comparten, a los que leen a escondidas, gracias a todos los que han hecho estos seis años posible.

¡Vamos por el séptimo!