Soy fiel creyente de que todas las personas que se cruzan por nuestro camino, lo hacen para dejarnos una lección. Lo que no comprendo todavía es por qué aprender tiene que doler tanto. 

Algunas veces me detengo a pensar en mi pasado (no necesariamente lejano) y no entiendo cómo es que fui tan diferente a quien soy hoy, cómo fue que soporté las faltas de respeto de personas que no aportaban nada positivo a mi vida, las miles de justificaciones que inventé para no irme de el lugar equivocado, los amores a medias, las traiciones. Sin embargo, me queda claro que en efecto, he aprendido.

Me puse a pensar también en que yo he sido lecciones aprendidas en la vida de algunas personas y me puede la curiosidad. Todos somos víctimas, todos hablamos de las veces que nos rompieron el corazón, que nos hicieron sufrir, no lo olvidamos y nos gusta recordarlo. Sin embargo, ¿quién cuenta una y otra vez la historia en la que rompió el corazón de alguien? 

Todos hemos sido aprendizaje en el camino de otra persona.

Lo que me parece más interesante es que hoy soy un conjunto de lecciones de cada persona que ha pasado por mi vida. Y quién sabe si estaban destinadas a pasar por aquí, si fue un accidente o si decidimos coincidir... Lo que sé es que ahora son inherentes a mi forma de ver el mundo y que un pedacito de mí, se queda con todas ellas.