Libros

by - septiembre 18, 2012

Entrar a una librería, llena de historias, de letras, de noches de desvelo por parte de los autores y de ilusiones puestas en cada párrafo. Libros nuevos, libros viejos. Historias de luchas, de guerras, de distancias y de fantasías. Tanto por ver, tanto por leer, tanto por saber. Quiero todo y quiero nada. No puedo elegir. No puedo decidir cuál será mejor sin haberlos leído primero. No hay nada más difícil que decidir qué libro comprar en una librería. Caminar por los pasillos y encontrar mi historia reflejada en unos cuantos. Ver personas leyendo la contraportada, seguramente imaginando a los personajes ahí descritos. Tantas princesas esperando ser rescatadas por sus príncipes, tantas cartas de amor esperando ser leídas, tantos fantasmas esperando poder aparecer, tantos asesinatos sin llevarse a cabo. Todos esperando que yo los tome y les de vida. No logro decidirme. ¿Quién soy yo para decidir a quién darle vida? Me gusta más cuando los libros llegan por "casualidad". En el momento adecuado. Sigo caminando. Salgo sin un libro. Queriendo todo. Queriendo nada.


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