Memorias Instantáneas.
Hoy aprendí que hay momentos que no se repiten. Oportunidades que son ahora o nunca. Y fotografías de corre o no saliste en ella.

Recuerdo que el primer día con mi cámara en mano, estaba decidida a tomar buenas fotografías, era una tarde fresca, el sol estaba por meterse y las nubes hacían un paisaje increíble. La mejor parte es que yo podía apreciarlo desde una azotea, decidí tomar mis primeras fotografías y aunque no todas salieron perfectas (porque aún no conocía por completo el funcionamiento de mi cámara) puedo decir que guardan memorias detrás increíbles, de ese día en que usé por primera vez mi juguete nuevo, en compañía agradable y con un clima ideal. Ese tipo de cosas normalmente pasan desapercibidas para mí y nunca las consideraría una memoria digna de coleccionar, sin embargo, como me detuve a apreciar el momento, se convirtió en una.
Así que hagamos de nuestros días un momento digno de coleccionarse, una memoria única, una historia que contar. Aprovechar a los bebés cuando aún son bebés, al cachorrito cuando aún no crece, el sol antes de meterse, el café antes de enfriarse y a nuestros abuelos antes de que terminen de envejecer.
No es necesaria una cámara instantánea para darnos cuenta de todo lo que podríamos capturar en nuestra mente. Lo único necesario es detenerse y observar a nuestro al rededor. Y sonreír. Por mucho, sonreír.
0 comentarios