Leí una frase que decía que la vida es como una cámara, en donde se trata de enfocar lo importante, capturar los buenos momentos, desarrollarse a partir de los negativos y si las cosas no salen bien, siempre existe la oportunidad de volver a intentarlo.

Y creo fielmente que de eso se trata, porque en la vida no podemos elegir tener siempre buenos momentos, lo único que realmente está en nuestras manos controlar es la actitud con la que lo tomamos, y depende de nadie más que de nosotros si nos dejamos derrumbar o tomamos las cosas para medir nuestra fuerza, pararnos y salir adelante con todo y lecciones aprendidas.

Yo a veces me torturaba cuando tomaba decisiones erróneas, o cuando me quedaba con los "hubiera", pero me di cuenta que todo lo que hago o hice en algún momento es porque realmente lo sentí en ese momento, entonces no creo que exista razón alguna de arrepentimiento en nada. Si no resultó, ni modo. Y si funcionó, pues ya gané.

Creo que en la vida lo importante es tener el valor de decidir uno mismo, sin depender de lo que digan los demás, porque siempre habrá quien tenga su opinión al respecto y quien te diga que lo que quieres hacer está mal. Y si, muchas veces esas personas tienen razón, pero no vamos a dejar que otras personas vivan nuestra vida, son nuestras decisiones. PERO, y aquí viene un pero muy importante, es indispensable saber que si uno toma sus propias decisiones, debe estar listo para las consecuencias de estas, y saber que sea lo que venga es únicamente resultado de algo que yo elegí, por lo que entonces no existe escapatoria fácil de "culpar" a alguien más. Y eso es algo que me ha quedado muy claro en estos días, y que duro o no, me ha hecho crecer poquito como persona.

Entonces, hay que atrevernos a decidir. A elegir entre lo que realmente queremos, lo que sabemos que nos hace daño, lo que soñamos, lo que siempre hemos querido hacer, porque se dice fácil, pero la realidad es que pararse frente al mundo y aceptar que hemos tomado una decisión es más complicado de lo que parece, porque como mencioné anteriormente, siempre habrá quien tenga su increíblemente contrastante opinión al respecto. Pero hay que recordar que el tiempo está corriendo, el reloj no espera a nadie... Así que de vez en cuando hay que respirar profundamente, agararrar fuerza de donde se pueda y decidir.