Así he ido descubriendo el amor

by - abril 30, 2017




A mis 10, el amor fue escuchar a mis papás pelear.

A mis 17, el amor conoció la distancia.

A mis 19, el amor no pudo ser.


A mis 21, el amor no fue suficiente.

A mis 22, el amor no era amor.

A mis 23, el amor fue un juego.

Pero también...

A los 10, el amor eran besos de telenovelas, abrazos de mis padres, romances de literatura para jóvenes, un crush con Potter y canciones de Sanz.

A los 17, el amor para mí era lo prohibido, la adrenalina, las mariposas en mi estómago, un primer beso cerca del mar, lo desconocido. El amor llegó desde Puebla.

A los 19, el amor era sentirme protegida lejos de casa, eran brazos fuertes abrazándome, eran besos con sonrisas, escenas románticas de película, tomarlo de la mano mientras corríamos bajo la nieve. Fue enamorarme en 5 días y ganas de perder un avión.

A los 21, el amor era creerme adulta, libertad, descubrir y explorar. Fue sacrificio y entrega, fue compañía. Fue aprender a cocinarle a alguien. El amor era poemas, pastel de chocolate y canciones de Bublé. Camisas a cuadros arrugadas, besos con sabor a menta y pasión desbordada.

A los 22, el amor fue rebeldía. Fueron mis ganas de sentirme querida, clichés románticos, serenatas, lunas y besos. Tardes frente a la playa, canciones de amor con mi nombre, tener las estrellas en las manos si así lo quería.

A los 23, el amor fue una decisión (equivocada, pero decisión). Fue elegirlo, aceptarlo, entenderlo. Fue descurbrir que detrás de los defectos, existe belleza. Fue complicidad, risas y diversión. Días enteros en cama, bailar sin razón, bailar con razón, abrazos, besos en la frente, confianza.


Y así voy descubriendo el amor, un beso a la vez. Entre adrenalina, complicidad, poemas y canciones...

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