Siempre supe que él no era para mí.

by - abril 17, 2017

Siempre supe que él no era para mí. Uno siempre lo sabe, desde el principio. Pero a mí me gustaba creer que mis ganas de querer, podrían vencer al destino.

Me encantaba engañarme y soñar. Soñar despierta, soñar dormida, soñar en clase y en el trabajo.

Creí que necesitaba encontrar alguien que sanara mis heridas y le dejé la responsabilidad a alguien no quería estar conmigo.

La primera vez que fue cruel conmigo, supe que él no era para mí. Pero después sonrió, volvió a escribirme y entonces, caí de nuevo. Tardé mucho en entender que me hablaba únicamente porque odiaba encontrarse cara a cara con la soledad. Me gustaba imaginar que le gustaba mantener una conversación conmigo.

El día que lo escuché hablar de ella, comprendí de golpe, que él no era para mí, pero luego me abrazó y mi dolor desvaneció hasta que olvidé que existía alguien más en su corazón.

Así pasaba los días, jugando el juego de la confusión. Dejé que mis sentimientos se subieran a una montaña rusa de la que no había manera de bajar ileso. Subí y bajé tantas veces que llegué a perder la cordura. Siempre supe que él no era para mí, pero la adrenalina que sentía al subir, no tenía comparación.

Y es que sí, uno siempre lo sabe, desde el principio. Pero a veces, la soledad nos obliga a creer en algo inexistente. Cada día, al entregarme a él, a pesar de saberlo ajeno a mí, lo único que hacía era huir de la soledad, lanzándome al vacío del desamor, rompiéndome yo misma el corazón.




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