¡Hola!

Me encantan los martes porque puedo escribir con libertad total, hablar de temas que nos gustan y con mi café a lado, siento que de cierta manera, estamos echando el chisme tranquilamente.. 

Hoy quiero hablar de la presión que se vive gracias a las redes sociales. Este es un tema que definitivamente las generaciones pasadas no logran entender porque no les tocó vivirlo, pero que tiene una importancia y un impacto en nuestra salud emocional y mental, que es impresionante.

A mí me tocó aprender a leer con la computadora. Así de millennial salí. Todavía me tocó salir a jugar a la calle, vivir llena de tierra y rodillas raspadas, pero también me tocó crecer con esta nueva revolución tecnológica que las nuevas generaciones están sufriendo.

Aunque me de un poco de pena admitirlo, mi día se resume en lo siguiente: me despierto y lo primero que agarro al abrir mis ojos, es el celular. Reviso mis redes sociales, una a una, instagram, facebook, twitter... reviso mis correos y dejo el celular. Lavo mi cara, me baño, prendo la computadora y pongo una serie para ver mientras me arreglo, pero eso sí, con el celular a mi lado, "por cualquier cosa". Cuando me aburro de trabajar o necesito una distracción, reviso mi "timeline" de instagram y reviso las fotos de mis "amigos", sus historias, quiero saber en qué andan... ¡Qué cool, está de viaje! ¡Qué rico su desayuno!... ¡Esa modelo siempre tiene los zapatos más bonitos!... y así sucesivamente.. Durante la tarde, paso la mayor parte del tiempo revisando las mismas redes sociales... organizando mis posts para mi blog, etc. Si se me ocurre subir una fotografía, la reviso un millón de veces, la edito... todo hasta que sale perfecta, como me gusta aparentar que soy. 

No importa qué red social utilicemos, así sea Instagram, Facebook, Snapchat, Tumblr, todas tienen un común denominador: la presión por ser perfectos.

La finalidad de las redes sociales es compartir tu vida con amigos y conocidos, estar al día, enterarse de qué está pasando en la actualidad y "supuestamente" relajarnos un rato... Sin embargo, la realidad es que al momento de querer compartir nuestra vida, siempre existe (queramos o no) la comparación. Y digo, ¿quién no tiene entre sus contactos a esa persona que mientras estamos sentados en el escritorio, se la pasa viajando y subiendo fotos de comidas exóticas o paisajes hermosos? o esa persona que no importa el día o la hora de la semana, siempre sube una selfie en la que se ve "perfect@" de pies a cabeza... y entonces, queramos o no, automáticamente comparamos nuestras vidas y en nuestra mente nuestra realidad empieza a verse peor. 

Vivimos en un mundo en donde los hashtags, los filtros y el número de likes nos persiguen todos los días a todas horas.  Llegamos al punto en que incluso es necesario acomodar las cosas o repetir las poses hasta que logramos lo que queremos compartir.. y no digo que esté mal, simplemente creo que hemos creado una "falsa realidad" a la que terminamos aspirando todos. Algo que en realidad no existe. 

Y es que modelos, bloggers, todo el mundo sabe que ni siquiera su vida es como su instagram. El otro día vi que una persona que se autodenomina influencer... se quejaba de que no podía lucir su bronceado en su cuenta, porque siempre tenía que ponerse más blanca la piel para que se viera bien el acomodo de colores en su instagram. ¿QUÉ? ... 

Entonces, esta columna solo busca ser un pequeño recordatorio de que nadie es perfecto. De que esa modelo que vemos en instagram, la persona que viaja todo el tiempo y comparte sus fotos en facebook... también son humanos, también tienen defectos. Su vida no es glamour y felicidad todo el tiempo, y NO TIENE PORQUÉ SERLO... 

Date chance de quererte como eres, de aceptar tu vida y de verle el lado positivo a todo. No te digo que dejes de usar tus redes o de acomodar las fotos para que se vean perfectas, no tiene nada de malo. Solo digo, que es importante recordar que no debes compararte y que no tienes que intentar tener la "falsa realidad" de otra persona. Todos hacemos lo mejor que podemos, todos subimos nuestra mejor selfie, todos queremos aceptación. Pero empecemos aceptándonos nosotros antes que a los demás. 

Creo que es un tema tan complejo que podría escribir mil horas sobre esto... pero aquí lo dejo por hoy. ¡Nos vemos el martes! 

- Ana García I.