Voy a dejar de escribir de esto el día que deje de pasar.
Cuando las mujeres puedan viajar solas, alzar la voz sin ser juzgadas, el día que puedan defender sus derechos sin ser llamadas “feminazis”, el día que la gente entienda que no se trata de una lucha contra los hombres, sino que es un llamado para hacernos entender a todos lo que está pasando, pedir ayuda, pedir aliados, pedir apoyo.
Porque no, no se trata de ser mejores, de tener más poder, ni siquiera de ser iguales o no. Se trata de tener a misma oportunidad de elegir, de vivir, viajar, conocer y disfrutar.
Se trata de cambiar la mentalidad de “no en todos lados hay feminicidios” ¿por qué no le dicen hombricidios?” se trata de acabar con la ignorancia, con los pensamientos y la educación machista.
Se trata de dejar de compartir videos en los que las madres lloran por sus hijas muertas, de llamarle “putita” a una mujer que decide sobre su cuerpo, de pensar que es “inmaduro” que una mujer no quiera verte después de que la violaste, de marchar para que no haya más desaparecidas, de maquillar golpes y fingir sonrisas, de justificar logros laborales para evitar que piensen que te cogiste al jefe.
Y que dejemos de hacer todo esto porque sea algo que deje de suceder.
Escribo esto con un nudo en la garganta, pensando en todas, pensando en Mara, pensando ahora en Mar, pensando en mi hermana, en mis amigas, en mis primas, en mi sobrina.
Y no porque me de miedo que alguna de ellas sea la próxima, sino porque simplemente no debería haber una más. 
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Ilustración de: Aida Caro Ilustraciones
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