No lo querías de mí.
Un día por fin entendí que no importaba cuántas veces lo intentara, las palabras que dijera o las caricias que te regalara. Nunca sería suficiente estar ahí para ti cuando me necesitaras, abrazarte en tus tristezas o escuchar tus problemas. Sobraban mis ganas de regalarte el mundo entero, de quererte mostrar las estrellas más bonitas, de protegerte a pesar de mi debilidad.
Y entendí que sí querías que lo intentaran, que te dijeran las mismas palabras, que te regalaran caricias, que estuvieran para ti cuando lo necesitaras, que te abrazaran en tus tristezas y que escucharan tus problemas.
Entendí que morías de ganas de que te regalaran el mundo entero, que te mostraran las estrellas más bonitas y de sentirte protegido.
Siempre quisiste todo, pero no lo querías de mí.
0 comentarios